Como nunca
enmarca las ventanas
sonriéndonos, una primavera vital
Como siempre
cuando el temor hacia el verano
silencia las bocas del invierno en nudos marineros
querrán invadirnos intereses cronográficos.
Alguien nos pedirá, detalles de los puertos.
Por hábito y desuso, temblarán
quejándose
las puertas de madera
y desde los vanos
ondularán evanescentes las cortinas de los párpados.
Una vez más, un día más
intentaremos perder la solemnidad urbana.
Desnudarnos de sus ropas y prejuicios
dejar que pasen a jugarnos
solamente los suspiros.
intentaremos perder la solemnidad urbana.
Desnudarnos de sus ropas y prejuicios
dejar que pasen a jugarnos
solamente los suspiros.
Lenta
como siempre
seguirá esperando en el alféizar
la siesta de ojos asombrados.
Pero también, pronta la mediatarde
con su carga de noctámbulas distancias.
Mutuamente ensimismados en caricias
desentendiéndose de los presagios
las cinturas ensayarán nuevos lazos de ternuras.
desentendiéndose de los presagios
las cinturas ensayarán nuevos lazos de ternuras.
Los cuerpos, contorsiones voluptuosas.
Con ellas en álabes delicados,
al llegar la noche encenderemos ceremonias
y velas hacia el sur brillantes de rituales
advirtiéndonos una al otro
están al llegar por las cornisas
las penumbras del norte
y con ellas merodeando sin estar invitados
los fantasmas precavidos
sus temores y cautelas.
al llegar la noche encenderemos ceremonias
y velas hacia el sur brillantes de rituales
advirtiéndonos una al otro
están al llegar por las cornisas
las penumbras del norte
y con ellas merodeando sin estar invitados
los fantasmas precavidos
sus temores y cautelas.
Si.
Puede ser que eso nos suceda
nos diremos ese día invadidos por la duda.
Pero, si eso nos sucediera
deberemos hacer retroceder todas las certezas
susurrarles valentías a las sombras
burlarnos de su sigilo.
Gritarle a todas ellas
todavía hay soles plenos, dentro nuestro
y un suspiro, y mares con llanuras
y muchos más latidos.
Cuando el tiempo se haya dejado convencer
apaciguado por la noche
esperaremos que retorne el día
y al amanecer de nuevo envueltos en desnudeces
de nuevo epiteliales en trigos y maíces
quinoa y portugales
volveremos a ser lisboas y urubambas
llankanelo y huanacaches
y verdes de agua y de junquillo
derrotaremos una vez más
a las arenas y sus misterios
los espejismos y sus desiertos.
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