Un débil sol matinal brilla en mi patio
de roja baldosa españolada.
En presuntuoso recibimiento
mis brazos extendidos le dicen a los tuyos:
has llegado por fin hasta la casa.
Esta declaración te produce
longitudes de horizonte,
equidistancia de temores.
Temblando seguirás estando un mediodía
Uno de esos urbanos cotidianos
cuando las dudas te vuelven a suceder.
Geográficamente frontal a tus ojos
el sol de los míos te sigue quemando
intensamente la mirada.
Tus párpados
cuidándose de la fuerte resolana.
Una lenta y extenuante media tarde
tendrán dos distancias
las distancias de tus pasos.
Informalmente sensual con tu jean adolescente
la camisa blanca anudada a la cintura
pero, como siempre, apresurada de vecinos,
entrarás sigilosa
por el largo pasillo
que antecede a los jazmines.
¿ Estarás suspirando por amarme?
¿Querrás besarme debajo de las parras?
Pero, no.
No, que no, dirás retrocediendo.
Que no venís a encontrarme.
Solo a traerme noticias de tus miedos,
negándome los labios,
conteniendo tu deseo de besarme.
Con el tiempo que pasa, sin estar pasando
a la exacta medianoche
de la noche siguiente
-será una más de estas noches de febrero
en que los temores te siguen abrumando-
escaparás de mis besos.
Fugando de mi abrazo buscarás refugio
en la alta montaña de Uspallata.
Allá, en esas alturas, antes del amanecer
entre el sol y la penumbra
caerás,
irremediablemente meridional y fatigada
con tu corazón sobre la espalda.
2 comentarios:
AMIGO QUERIDO
Te me estas quemando en llamaradas !!!!!!!!!!
jajaajajjaajaj EXCELENTE relato me fascino !!!!!!!!!!!!!!
Es que es pura imaginacion o espiando por la ventana de la relidad has creado esta belleza !!!
Me encanto !!
Besos Enormes
KLAU ♫♫♫
LAS DOS COSAS MI QUERIDA AMIGA, LAS DOS COSAS!!
Ah, a propósito de tus sugerencias de video/audio, sab´ñes qué, me parece que en donde estaría de puta madre poner video o por lo menos audio, sería en mi entrada de NE ME QUITTE PAS, Me recantaría de gusto que quien entre a leerla pudiera escuchar a brel.
Te dejo el desafío, porque vos seguro que sabés
Un abrazón
Vicente
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