lunes, 12 de enero de 2009

despedida de Aishiteru Cosaimas

vidriera en destrucción, sepa disculpar las molestias












(en algún momento de este tiempo que acaba de pasar, vos sabrás distinguir la temerosa realidad que me impusiste, de la ficción poética con que me recubro para soportarlo. Aunque las heridas de alma no sanan nunca, es necesario sanarse y seguir viviendo. Quién sabe, tal vez haya un mañana, y los pronósticos de tiempo anuncien que habrá sol)

En la hora material de los relojes, puede que sea martes trece de enero, alguna hora en particular y los minutos que marcan sexagesimales el trascurso de un tiempo material.
Vos dormirás todavía, en tu casa, allá en el este. ¿Estarás durmiendo todavía?
Asomado a mi patio donde todavía se animan algunos jazmines blancos, yo estaré esperando que salga el sol. Sé que esto sí sucederá. Lo saludaré con mis dos manos levantadas y entibiado por el fuego ahora antiguo de nuestras geografías, te escribiré esto que te estoy escribiendo, porque he descubierto lo que vos estarás sabiendo enseguida, cuando enseguida te despiertes. Que me estoy despidiendo anticipadamente.
Y que es de sorpresa, aunque nunca será de espaldas.

He creído posible resumir con mis palabras en esta página ahora te escribo, estas escasas semanas, duplicadas por las tantas pocas horas que llevábamos juntos. Desde aquel primer viaje hasta la escuela en que nos descubrimos el fuego, hasta esta distancia del hoy, redescubierta por vos, al saber que cuando me besabas, el otro amor que tenés te circundaba el horizonte, limitándote la cintura.
Por aquel dejaré de perseguirte entre los sueños, el sueño de gaviotas libres que nosotros, al fin, tuvimos por un día, una semana, una cantidad de momentos que no quiero cuantificar.
He querido despedirme con el aire, porque vos ya elegiste, me parece, caminar con tus pies sobre la tierra. Eso es, naturalmente lo normal para quien dudaba tener alas en vez de brazos, y creía no poder volar, como los pájaros.
No me quejo. Jamás podría en modo alguno quejarme por tu forma de ser.
Se balancea y equilibra con todo lo que quisiste compartirme.
Te digo pues, sinceramente, que no se quién fue más valiente a la hora de encontrarse con el otro. Esto es tontamente indefinido a pesar de lo perenne, a pesar de las certezas.
Nosotros, creo yo, las únicas que tuvimos las hemos vivido tan intensamente.
¡Y eso habrá importado !.
Por eso he pensado nuevamente en escribirte, aunque esta vez sea para el no-más, para el despedirnos, y detener por este día, el vuelo de pájaros encendidos que alguna vez tuvimos entre los dos.
Desandando la realidad, retorno a los misteriosos caminos que todavía no están escritos, para devolverte la libertad que nunca perdiste, y te escribo un poco más, nada más que para mantenerte de este modo, por unas pocas horas, en este absurdo correo electrónico, que, lo sé muy bien tanto te preocupa.

Te confieso que había creído posible mantenerme en vos todavía un poco más de ese más que hace unos días te decía, aunque más no fuera, aunque más no sea que nada fuese sino en el extremo de estas pocas palabras, para que con ellas pudieran viajar los principios de mis dedos, e imaginados por el aire, otro poco de mis besos.
Te doy las últimas gracias por leerme, como otras veces te di las gracias por los tiempos que me diste desde el antiguo Teotihuacán, al verde de Urubamba, la melancólica Lisboa portuguesa, o en las calles invisibles de la Cuarta Este ¿Te acordás?, cuando me decías tus “te quiero” susurrando, para que nadie más que yo los escuchara, temerosa de palabras y vecinos, de cercanías y contextos, aunque luego vinieran tus arrepentimientos por haberlas pronunciado.

Por si algún día nos volviéramos a encontrar, y tu mirada volviera a decirme lo que alguna vez me dijo cuando a vos te andaban mariposas por el vientre y a mí los cóndores revoloteando por el pecho... Por si volviera a haber, después de ayer, otro día más entre nosotros, ese día te bastará, ya lo habrás imaginado, que me dijeras, que simplemente sonrieras un ¡hey, Sanches!
Así nomás, sin nada más.
Al escucharte, yo sabré que habrás vuelto, que de nuevo estarás despertándome de mis sueños intranquilos, para decirme breve y totalmente, aquí estoy, he vuelto.
Por este día no me iré jamás de tu costado.
Sucederá entonces, se habrá vuelto a encender nuestra geografía, volverán los recuerdos en alas de los pájaros, y el amor y los fuegos, las maderas y el deseo.
Y eso importará.
Y nada más.

te quiero mucho, mucho, o en el lenguaje que vos me dibujaste con caligrafía redondeada de maestra, aishiteru, cosaimas, cosaimas.

9 comentarios:

Pilar Ruiz dijo...

recibirías un abrazo de alma ahora mío?

eltramonta dijo...

Sip, y muy fuerte, Amiga Profunda.
Gracias...lo necesitaba. Ahijuna, carajo!

Lorena Wolfman dijo...

Recibe otro abrazo de tu amiga al norte.

eltramonta dijo...

Gracias Lorena. Lo necesitaba. Ufff, es difícil, pero con abrazos así tal vez lo pueda soportar

Lorena Wolfman dijo...

Acuérdate que tu eres y contienes todo el amor que buscas. Lo demás, es una ilusión muy bonita... pero que no te pierdas por esa seductora ilusión proyectada en la linda pantalla de la realidad. Alguien, dijo una vez, era Fritz Perls, que la proyección más sana es el arte... dedicate a ella y baila sobre el puente de arte-vida. Creo que es por algo que te digo esto ahora. Y no espero que no parezca que subestimo la realidad ni profundidad emocional que percibo en tus palabras. A mi sentir es una señal del llamado a profundizar, y de la profunda intuición de tu alma por aquello, su naturaleza original, vital y real, el amor. Esto no depende de condiciones exteriores, es... Espero que estas palabras tengan sentido para ti-- de alguien que cuantas veces no se ha dejado llevar, hipnotizada por aquellas bellas imagenes de amor acercandose para luego escaparse en el pellejo de alguien mas. Te repito, tu eres todo aquello, amor/Amor.

eltramonta dijo...

Ooopa, Lorena! Bueno, es muy profundo esto que me decís. Lo estoy añejando para bebérmelo despacio como un buen vino de Perdriel
( produce los mejores varietales Malbeck del mundo). Por ahora, apenas están entrando las uvas al lagar.Y necesitan mucho mucho reposo todavía
Un abrazón de alma
Osvaldo
( vía e-mail más tarde te escribiré)

Svor dijo...

Si te haces cazador de mariposas tal vez llegues a su vientre otra vez!

eltramonta dijo...

Cazador de mariposas...entiendo la sugerencia y te agradezco la poesía.
ah, pero esas mariposas, como toda mariposa, por definición, no puede ser capturada. Son tan etéreas sus alas que al momento de capturarlas se deshacen en la mano y ya no pueden volar más. Irremediablemente se mueren.
A llegado la hora, eso sí, de encontrar otra mariposa...

sabés volar?

Un abrazón de alma

Osvaldo

KC dijo...

El poeta enamorado del amor...
La creación es el refugio para las nanas del alma ;-)
K

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Maestro por equivocación, jubilado de la docencia pero no de los aprendizajes, escribidor de textos y poesías, escapador cuando puedo de las alienaciones del System, prisionero de los afectos, esclavo de la honestidad, temeroso usuario de la palabra, contestatario cuando puedo y a veces quiero, especialmente vinófilo de los Rojos de Perdriel, salvo cuando "el agua brota pura y cristalina de la madre tierra", vividor consuetudinario y con suertes extraordinarias. Creo que todavía estoy vivo.En la primavera del 2.010 se me murió la poesía junto con unos cuantos pedacitos de corazón. Pero he vuelto, "cantando al sol como las cigarras", a sobrevivirme.

Así como soy

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