Por eso yo te insisto, aprendamos a bebernos la sed
tan mutuamente naturales.
Enlagunemos de una vez y sin medidas
el desierto que aun habita nuestros cuerpos.
Apresurémonos entonces. Que nos apresuremos te digo
pero de esta manera diferente. Antes que los besos
se nos descuelguen fatigados de las bocas.
Que no nos sigan distanciando las longitudes temerosas.
Mi edad es demasiado mucha, la tuya demasiada poca.
Ni sumarle a la demora circunstancias de trabajo.
Ni tampoco el qué dirán, si por la calle
nos atrevemos a besarnos, porque ¡cuidado!
están mirando unos álguienes, por allí...
Qué nos importa si están ellos o quien fuera.
Son tu presencia y sentimiento los que cuentan
porque no es con los de enfrente, precisamente
que me acuesto por las noches soñando en respirarte.
Así es que, si me llamás, sea que fuere a las tres
o las cuatro de la tarde, a las cinco o seis de la mañana...
de madrugada que sea, pero sin distancia hacia tu espalda.
Que te despiertes un día, solamente un día bastará
soñando que me amás entera, eso sí
vos también enamorada y temible y tierna bucanera.
Que sí, sí que sí. Que siempre sea un sueño.
Etéreo y frágil que sea. Pero soñemos estar despiertos
diciéndonos, por fin estoy aquí, junto a tu almohada.
Ya no tengo ese temor, ni te inventaré más cantidades
por estas horas y semanas.
Ni una sola magnitud, ni tampoco más distancias.
6 comentarios:
Ufff, Don Maestro, la destinataria de este poema, de estos sentimientos tan enteros y abrumadoramente totales, tiene que estar lista y corriendo a lanzarse al charco y nadar, nadar, nadar hasta vos sin parar...!
Preciosas palabras, cargadas de sentimiento, de deseo, de.. ayy, de todo, de amor por encima de todo!
Mis felicitaciones por todo, Don Colega!
Y un abrazón!
Mi querida Doña Colega, cómo se las arregla usted para ser tan tiernamente elogiosa, y yo tan petulante que ni un poquitín ruborizado? Gracias Nieve, por esta misiva cálida, y por lo dispuesta que estuviste días pasados a tenderme una ayudita cuando yo andaba desesperetti de amor...Siempre espero tus comentarios, como el domestícame del Petit Prince.
Y obvio, abrazón de alma, dsde mi orilla hacia la tuya, que se hermanan de tan cerca
Osvaldo
Un poema sutil y profundo, como el sentimiento que lo embarga...
Hermoso.
Un abrazo.
gracias Neo, extrañaba la manzanita colorada
Abrazo tb para vos
Soñando despiertos antes de que sea tarde...
Me gustó mucho!!
gracias por la sonrisa, Paula
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