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11 - Informe sensorial de matemática geografía
Desde los pies de María Inés el camino del deseo
ha empezado decimal por cada uno de sus dedos.
Será por ello aritméticamente certero encontrar sus piernas,
esas finas sinusoides singularmente perfectas.
Los tobillos que apenas abultan, naturalmente óseos,
orográficos, son la delicada insinuación
que con sus mínimas redondeces constituyen piedemonte sensorial
precedente de los muslos, unos ríos epidérmicos
que corren impetuosidades de llanuras, las cuales, por cierto,
se extienden voluptuosas y determinadas hacia el norte ecuatorial.
ha empezado decimal por cada uno de sus dedos.
Será por ello aritméticamente certero encontrar sus piernas,
esas finas sinusoides singularmente perfectas.
Los tobillos que apenas abultan, naturalmente óseos,
orográficos, son la delicada insinuación
que con sus mínimas redondeces constituyen piedemonte sensorial
precedente de los muslos, unos ríos epidérmicos
que corren impetuosidades de llanuras, las cuales, por cierto,
se extienden voluptuosas y determinadas hacia el norte ecuatorial.
Por la estepa espaldar se puede llegar a una interesante curvatura geoidal denominada Cadera Típica de Roja Manzana.
Si este sector yacente girase con autonomía a ciento ochenta grados,
sería muy probable que al recorrerlos con los segmentos precisos de los dedos
se provoquen hipérboles sobresaltadas
en el leve vello erizado y triangular que le antecede.
Si este sector yacente girase con autonomía a ciento ochenta grados,
sería muy probable que al recorrerlos con los segmentos precisos de los dedos
se provoquen hipérboles sobresaltadas
en el leve vello erizado y triangular que le antecede.
Considerado en su total totalidad,
el cuerpo epitelial de esta mujer es un tanto mediterráneo,
greco-itálico, muy sensual, y claro está,
exquisitamente femenino.
Sin embargo, o quizás por ello, es dable recorrerlo
como si se fuese nativo de pueblo original, es decir
geográfica y minuciosamente uspallatero.
Como tal buscar las voces antiguas de su canto,
explorar sensorialmente las redondeces volcánicas,
sobrevolar sus alturas sin cuerdas ni hipotenusas,
encontrar las articuladas muñecas,
descubrir el justo ángulo de los codos.
el cuerpo epitelial de esta mujer es un tanto mediterráneo,
greco-itálico, muy sensual, y claro está,
exquisitamente femenino.
Sin embargo, o quizás por ello, es dable recorrerlo
como si se fuese nativo de pueblo original, es decir
geográfica y minuciosamente uspallatero.
Como tal buscar las voces antiguas de su canto,
explorar sensorialmente las redondeces volcánicas,
sobrevolar sus alturas sin cuerdas ni hipotenusas,
encontrar las articuladas muñecas,
descubrir el justo ángulo de los codos.
El breve hombro es toroidal.
El cuello, suficientemente preciso,
pero imprescindiblemente necesario de ser besado
con el suave y arrítmico aleteo de una mariposa en el verano .
Ascendiendo fogosidades indetenibles
se encuentra la enbalconada y firme mandíbula mediterránea,
singular, romana o pitagórica, donde se descubrirá
lo congruente que resulta su boca con la de uno,
y ya dentro de ella, los arcos, cuerda y flecha
de nuestros labios horizontales y perpendiculares a su lengua.
¡Ah, su lengua ! Decididamente geográfica y de fuego,
ardiente Llankanelo para nada racional ni matemática,
humedece inquieta, los contextos de las ciencias.
se encuentra la enbalconada y firme mandíbula mediterránea,
singular, romana o pitagórica, donde se descubrirá
lo congruente que resulta su boca con la de uno,
y ya dentro de ella, los arcos, cuerda y flecha
de nuestros labios horizontales y perpendiculares a su lengua.
¡Ah, su lengua ! Decididamente geográfica y de fuego,
ardiente Llankanelo para nada racional ni matemática,
humedece inquieta, los contextos de las ciencias.
Desde los labios frutales a durazno
hay que dejarse caer por los aires del asombro,
descubrir la lluvia aleatoria de cabellos,
la tierna geometría del oído, sus laberintos presurosos de deseo.
Detenerse, sólo un instante, frágil de tiempo como todo instante,
para dejar en él un beso, suave y silencioso,
y tal vez, un último y leve mordisco lobular.
hay que dejarse caer por los aires del asombro,
descubrir la lluvia aleatoria de cabellos,
la tierna geometría del oído, sus laberintos presurosos de deseo.
Detenerse, sólo un instante, frágil de tiempo como todo instante,
para dejar en él un beso, suave y silencioso,
y tal vez, un último y leve mordisco lobular.
Si el explorador queda extasiado davinciano del cuerpo
ahora semidesnudo pero siempre plenisensual,
resultará conveniente que luego de teorizar y experimentar
para construir estos postulados, y sus efímeras hipótesis,
se deje que el cuerpo mencionado empiece a descansar.
Alejar de sus oídos y miradas, al menos por algunos momentos,
los desvaríos verbales e intrascendentes
con que se pretenda sabiduría epigramática y darle
tranquilidades racionales a sus párpados y los sueños,
las manos y el deseo.
ahora semidesnudo pero siempre plenisensual,
resultará conveniente que luego de teorizar y experimentar
para construir estos postulados, y sus efímeras hipótesis,
se deje que el cuerpo mencionado empiece a descansar.
Alejar de sus oídos y miradas, al menos por algunos momentos,
los desvaríos verbales e intrascendentes
con que se pretenda sabiduría epigramática y darle
tranquilidades racionales a sus párpados y los sueños,
las manos y el deseo.
Terminando el recorrido precedentemente descripto
estará permitido con sumo cuidado de no despertar atardeceres,
encender un cigarrillo, negro, buen tabaco,
e ilógicamente fumando, dudar de todas las certezas.
Así predispuesto, mirando hacia el rectángulo regular de la ventana
deberá decirse que si se está aquí jugando con las palabras y las matemáticas
debe ser porque a la vera de Mariángeles Francesco
ya no tienen sonrisas melancólicas las mañanas.
Se deberá creer a pie juntillas, es decir, de pie o no,
pero siempre junto a ella, que habrá un mañana y que al verano
le seguirá el otoño con toda naturalidad.
estará permitido con sumo cuidado de no despertar atardeceres,
encender un cigarrillo, negro, buen tabaco,
e ilógicamente fumando, dudar de todas las certezas.
Así predispuesto, mirando hacia el rectángulo regular de la ventana
deberá decirse que si se está aquí jugando con las palabras y las matemáticas
debe ser porque a la vera de Mariángeles Francesco
ya no tienen sonrisas melancólicas las mañanas.
Se deberá creer a pie juntillas, es decir, de pie o no,
pero siempre junto a ella, que habrá un mañana y que al verano
le seguirá el otoño con toda naturalidad.
3 comentarios:
Matemática y geografía, dos materias "difíciles" de la secundaria , según recuerdo, que quizás con tus aplicaciones, resultarían mucho más llevaderas! jejejeje
abrazos.
Me encantan las matematicas, precisamente mi verdadera vocación ha sido la geometria.
un placer pasar por tu casa.
feliz semana.
un abrazo.
Querida Neo, SIN DUDA ESTOY DE ACUERDO!!Adelántole que se vienen algunos postulados complementarios al "informe", que hará empalidecer a las ortodoxas Leyes de Murphi.
Estimado Ricardo, gracias por la visita, y confieso que con las modelos "prestadas" aquí a título de mera ilustración, y la topología de "Mariángeles Francesco que inspiró el Informe, la vocación por estas geometrías epiteliales y de la clásica y formal, se descubre que Toda la geometría tiene sentido.
Abrazos, amigos
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