jueves, 28 de febrero de 2008

Bienvenida

Bienvenidas las murgas y los murgueros, aquellos que con sus saltos saltimbanquis, ropajes y deseos reverberan por las calles de nuestra ciudad, asustando a todo auto y alienado conductor preocupando a los apresurados de siempre y que se aterrorizan a cualquier hora porque sólo cuentan con dinero los grandes cambios de la vida. Bienvenidos estos gorriones de colores que saltando sobre el cemento de las calles y las plazas, van por la vida vistiéndolas de risas, desnudándolas de esas solemnidades tan solemnes que atacan frontalmente la alegría.

Bienvenidas, principalmente las risas y las alegrías, las carcajadas de oreja a oreja y otras formas de reírse, y sobre todo bienvenida la simple sonrisa de Gioconda con que esta mañana te levantaste feliz desde el costado de mi cama, las guiñadas, las mariposas de tus párpados que protegen nuestras miradas de ternura de las indecencias cotidianas, cuya lista en los estados materiales va en aumento porque no tienen corazón, o lo tienen pero ausentes de sentimientos. Nosotros, vos y yo amada mía, comprendemos mejor que cualquier otro de qué cosas y acciones estamos hablando.

He nombrado a mi amada Amada, y al amor que nos tenemos, por ello es más que necesario darle aquí también la bienvenida a cualquier enamorado de la vida, a todos esos locos que como nosotros damos vuelta las corduras de los estados asociados a los intereses capitalmente materiales, tales como tener casas de solamente muros y puertas con candado que clausuran entradas y salidas, y salas de estar sin chimeneas y ventanas con postigos, y postigos sin ventanas sobre los ojos de las miradas.

Bienvenida entonces la cordura de los que estamos locos por el amor y enamorados nos descuerdemos de las cuerdas que nos atan para siempre como el siempre de un te quiero, porque ése no tiene edad sino circunstancia.Y aunque el contexto pueda durar como mucho solamente un día, ese día, nacido desde el sol a la ternura, nunca tendrá apuros ni condiciones. Bienvenidos los que al decirse un te quiero alcanzan con sus besos a decirse solamente eso, un te quiero por el hoy, si el mañana nunca existe hoy, y así cada día que transcurre, será el día más indicado para hacernos el amor.

Bienvenidos, por supuestos, los poetas que le escriben a la vida con palabras, con alientos, con respiros, con suspiros, con latidos, con las manos, con el cuerpo todo entero y militante de palabras, y al hacerlo reinventan los idiomas, transformando la material realidad en aquella cosas inmateriales que nos alienta a estar vivos.

Bienvenidos, muy bien venidos los músicos que tocan con las cuerdas de guitarras, con las cañas, aerófonos, y tubas graves, los timbales o violines, con cualquier clase de instrumentos, y especialmente los que haciendo música con las ideas hacen canciones con latidos, movilizando con sus notas todo el aire del planeta, haciendo danzar a los humanos con esa música universal cuyas notas nos cantan, susurran, enternecen y hacen que todo parezca sonido en armonía.

Bienvenidos, muy bienvenidos los que han sido y son artistas del tablado, aquellos que corren los telones cada día de la vida para mostrarnos que hay tantas formas posibles de vivirla y recrearla, pero solamente bienvenidos los que actuando son capaces de aprendernos cosas buenas, enseñarnos sentimientos de ternura, mostrarnos el costado claro de las personas, hacernos ver el único lado posible, el de ser luz y sentimiento, y no el torpe sentimiento cuyo oscuro movimiento hace retroceder a los débiles de alma hacia las nadas de las nadas de una existencia puramente material.

Agotada solo por hoy esta extensa y breve lista, digamos finalmente que esto no es un final sino un comienzo y que son todas ustedes, ustedes todos, Bienvenidas, Muy Bienvenidos. Bienvenidas, bienvenidos, sobre todo los pronósticos del tiempo que anuncian muy buen tiempo, el Estado General de Cada Corazón, con pasión de rojo enrojecido, se crea y se recrea en cada uno de los que por aquí estamos .
















lunes, 25 de febrero de 2008

El loco de la puteada

Ese día sintió que se había puesto viejo, o que tenía demasiada edad para las frustraciones, o que era hora de dejar de aceptar sin vacilaciones lo que le venía sucediendo. Quién así lo pensaba era un Nada, un Alguien que durante años, había querido ser un buen tipo, una buena persona, un buen ciudadano, un buen esposo, un buen amante, un buen trabajador...

O sea, un bueno a secas. Un bueno total. Un bueno de esa clase de bueno que algún amigo, o subalterno, o vecino le habría aclarado casi con lástima, “lo que pasa, Juan Carlos, es que usted es un buenudo”, si me disculpa. Cómo no disculpar a quien utiliza esa forma elegante de decirle a uno que los malos… porque, por definición si uno es el bueno, el antónomo social debe ser necesaria-mente el malo, y los malos, era evidente que le querían decir eso, no se merecen que uno sea bueno.

¿Eso es lo que le querían decir? ¿O en realidad querían decirle que ellos no eran conmiserativos, sino que les parecía imposible su forma de soportarlo todo, aguantar la torpe burocracia pública hasta la exasperación, ser civilizado ciudadano a costa de sus propias costas de ser un anónimo urbano medio que nunca se quejaba de nada? Medio, no mediocre.

Medio, promedio, meridiano, ni tan tan, ni muy muy, se encontró pensando sobre eso un día cualquiera a bordo de un micro cualquiera atestado de gente con rostros inertes. Estoy filosofando “barato y con zapatos de goma”, pensó… ¿Quién pensó eso? ¿Un filósofo?. ¿Un Cantante de rock nacional? ¿Un Oscuro de las tinieblas celestiales? Un Elegido bíblico de las palabras superficiales?

Un alguien, escribió eso. Eso era indudable. Y no se podía acordar quién, de la misma manera que no se podía acordar en qué momento otro alguien le había conectado un tubo de plástico que…

Tiene que haber sido un simple y mortal ser humano, pensó, que pensaba. Como un simple y humano tan humano como él, que nunca creyó que el ser buenudo, era sinónimo de ser tonto, estúpì-do, tarado, pelotudo. Es decir, ser algo que los buenos pero esclarecidos no querían ser, no debían ser, no podían ser. Seres que entre otras cosas siempre habían prodigado el buen uso de las buenas palabras.

Buena o malas palabras.

Hoy no se sentía ni bien ni mal con las malas o buenas palabras

En simples palabras Fontanarrosa fue un dios aclarando palabras sin oscurecer en el Congreso de la Lengua, Enrique Pinti un Arcángel de las palabras escatológicas en sus años de Salsa Criolla, y Borges un eximio admirador de las perfectas palabras y modales de los ingleses.

Un británico, inglés, del reino unido, laborista o conservador, con buenas o malas palabras, nunca nos devolverá Las Islas, que los tiró. Las islas son Malvinas para nosotros y Falcklands para los piratas dueños de la patagonia y de las almas de cientos de muchachos que dieron la vida para una Patria que ya había sido entregada a la banca… al banco… a los banqueros…

Pucha mayo que estoy jodido, pensó. Ya ni me acuerdo el nombre de la banca ni el empréstito que firmó ese argentino, del Río de la Plata, de las Provincias Unidas… ¡Rivadavia! Rivadavia, la ca-lle donde antes estaba el comedor universitario. Sí. Pero ¿Con quién firmó Rivadavia el empréstito? Rockefeller no estaba todavía, a los Rostchild todavía no les interesaba el Nuevo Mundo, los Mitsubi-shi todavía eran…. ¡la Baring! - gritó, sacudiendo un montón de cañitos de plásticos que se sacudie-ron por sobre sus ojos asustando a alguien, pero no a la Baring Brothers Bank, los hermanos son of a bitch que…Sip.

La Banca Brothers, los Ringling Brothers, el Circus Palatinos, el paladar me molesta porque se me sale la prótesis. ¿Porqué me sacaron los dientes y me pusieron estos tubos?, Algún brothers se calentó conmigo, seguro. Seguro. Sí. Ahí hay una mosca blanca que me pregunta algo, pero que se vaya al cuerno, y qué si estoy hablando solo. Yo soy yo. Soy un simple tipo que quiero empezar a decir palabras con significado para mí mismo.

Ni buenas ni malas. Ni filosofar bueno ni malo, sino filosofar a secas. O a mojadas, porque algo estaba mojado allá abajo, pero, ¿qué era lo que? Ah, ya se. Que el ser buenudo es una exageración lingüística, un gerundio de la conjugación, un sinónimo permeable a las reglas de la Real Academia de la Lengua. ¿Por donde iba el micro? ¿Dónde se tenía que bajar, a dónde había querido llegar antes de pensar en filosofar barato o caro, con o sin zapatos, de gomycuer o de suela de buey hechos en Brasil? ¿Ah?

El súper micro donde viajaba ensachetado frenó violentamente. Y se volvió a poner colorado, como cuando no supo cómo cuernos pasar la tarjeta digital que le robaba a él y a otros miles que como él habían creído que el pasaje no aumentaría según había dicho el gobierno.

Ahí sí que fui buenudo. El sinónimo de ser buenudo en la realidad cotidiana de arriba de un micro es ser un pelot, ah?…. Y en Mendoza, ser un pelot… a secas, es ser, tonto, honesto, torpe, estúpido, crédulo, todos sinónimos de ¡pelotudo!.

Escribió mentalmente “soy una víctima del sistema“, y así que el sistema me tendrá que indemnizar. Pensó eso y se sintió mejor. Un poco mejor, pero no conforme. Porque en realidad, ¿de qué le había servido la famosa enseñanza de los pobres pero honrados de buenos modales que le inculcaron sus padres? ¡Y la palabra empeñada es sagrada, la gran p… p…. palabra!

Dando la palabra sagrada no hacía falta contrato de locación.

Dando la palabra sagrada se pagaba la cuenta corriente del fiado en el almacén del barrio sin cuestionar la sobrecarga anticipatoria del tanto por ciento que por fiar y no pagar al contado se recargaba naturalmente a fin de mes.

¿Y cuál era la diferencia con la recarga anticipada y usuraria con que en la década del noventa lo fifaron con las cuotas de la casa propia, la salud pública, la educación pública, la seguridad pública? Que la palabra empeñada fuera sinónimo de obstinación, obsesión, empeño, tesón, perseverancia, constancia, ahínco, firmeza lo hizo irse de nuevo por las ramas y volver al empeño en afanar que tienen los gobernantes cuando debieran custodiar y defender los bienes públicos y empresas que…

Paremos la moto, como decía él cuando era pendejo. Detengámonos un instante a seguir filosofando. Es necesario contextualizar

Estamos en el año 2.006, es Mendoza, alguna vez tierra del sol y del buen vino y las mujeres hermo-sas, ciudad capital de la más limpia ciudad del país. Soy maestro normal nacional, la profesión definida como “el apostolado de la docencia”. ¿El apostolado de la docencia?..Un apóstol ... Buscó por las dudas la definición del término en el diccionario de sinónimos de su computadora. “Apostolado: misión, cometido, tarea, afán, divulgación, propaganda, campaña”.

Siete sinónimos, y un número bíblico o cabalístico.

Numerología.

Sinónimos, siete.

Años de docencia, treinta.

Faltas, veintiuna, a saber 10 días para la luna de miel. 10 cuando la Negrita tuvo el accidente casi mortal a punto de dar a luz. Se salvaron las dos, él estaba dando clases, y no pudo llegar sino hasta cinco horas después de la operación, que, menos mal, salió bien.

Muy Bien. Qué manera de rezar esos días…

La unidad es la décima parte del sistema decimal.

Uno, una, solamente una unidad de falta cuando presentó el mes pasado los papeles de la jubilación, y ahí fue cuando se le durmió el brazo, el izquierdo, el de los 70’s que sostenía con el puño cerrado bien en alto.

Treinta y tres años.

La edad de cristo que no era comunista pero que patiaba a los mercaderes, cuando…

Razonó una vez más.

Raciocinio Reflexión, meditación, especulación, cavilación, consideración, argumento.

30 años de 180 días de clases son cero, tres por cero, cero. Tres por ocho veinticuatro, pongo cuatro y me llevo dos. Tres por uno tres, más dos cinco, total de cinco mil cuatrocientos.. 5.400 días de vida uno al lado del otro son…¡Guahh! Qué bárbaro 5.400 dividido 21 faltas, si fueran 10 serían una cada 540 y como eran 20 masomenos 1 cada 270 días de clases, y si fueran directo y no proporción, sería más de 5.300 días uno al lado del otro y si cada día fuera un kilómetro habría viajado siguiendo el eje Norte Sur, una línea recta de 3.799 Km. entre el Cerro Branqui al este de la confluencia de los Ríos Mojinete y San Juan y el Cabo de Hornos, y en el eje oeste este entre el cerro Agassis y Bolado, y dónde era, ¡Bernardo de Irigoyen!

Bernardo, y no el Peludo que revolucionó el radicalismo pero también la Patagonia Trágica, que lo tiró

Bernardo estaba en el paralelo de 27º y 31’ una longitud de un mil cuatrocientos veinte kilómetros. Ahí está. Sin necesidad de calculadora, como le hace ahora falta a los pendejos en el drugstore, para sumar tres paquetes de cigarrillos y un encendedor descartable. ¿Entonces? Ah, sí.

Pucha que cuesta respirar con esta cañería, pero se siente lindo, fresquito por la nariz, aunque esa sensación rara en el pecho, le decía, se decía, que entonces, había estado un día en cada kilómetro de su vida dicente en un kilómetro distinto, sin faltar nunca a la escuela, desde El Sur más al sur de cualquier sur hasta el norte más al norte, desde los cuatro puntos cardinales más extremos de la geografía que convertía a la Argentina en el séptimo país más grande del mundo. Guahh..

Las faltas que tuvo en el trabajo, se dijo, calculando mentalmente, eran un promedio de menos de 1 falta por año! Qué lo tiró, que habían sido pocas... al cuete, pero pocas en 30 años de apostolado, 30 años de 365 días, de 5.400 días de clase, 3.800 kilómetros diarios entre la cordillera y el sur más austral del mundo habitado, 1.420 días de kilómetros desde el rojizo misiones a la fría cordillera de los andes, la más alta de América. en una nueva forma de medir la buenez o el apostolado.

Volviendo a los sinónimos, buscó apóstol y aquí sí, esclarecedoras le llegaron las similitudes: discípulo, evangelista, predicador, catequista, misionero, propagador, mensajero. La Gran Perra, con razón, no lo querían jubilar en el ANSESS. ¡Lo estaban buscando en la profesión equivocada!.

Y ahí se acordó de lo que quería acordarse. Cuando fue que había empezado todo. O sería cuando todo había empezado a terminar. Que es un paradoja, o sea una parajoda, porque con la bronca que se agarró ese día fue que se había decidió a cambiar su forma ser, y por lo menos, sin dejar de ser bueno, que no es lo mismo que ser buenudo, de hablar y tratar con la gente, es decir, con los demás, fueran gentes o no lo fueran, porque, se dijo, he descubierto que hay definiciones que no se corresponden con la realidad. Como la definición de las malas palabras que Fontanarrosa… ¿o fue Borges? ¿No era Inglés ese?

En castellano, no en inglés, hubo un insulto que durante treinta años había evitado cuidadosamente, decir LA PUTA QUE TE PARIÓ. Era ofensivo. El hijo de puta, igualmente ofensivo, no importa que se aclarase con perdón de las putas, que ahora se llaman trabajadoras del sexo o meretrices, o algo así. O sea, si alguien está sindicalizado es porque tiene trabajo, si alguien es trabajador mental le dicen maestro, pero si a la otra, la trabajadora del sexo, le dicen puta, ¿la conclusión obvia es que el ansess se los shic shic fuk fuk a los dos por ser trabajadores y no tener suficientes años de aporte? Decidió ignorar las connotaciones implícitas o explicitas, pensando “curiosa manera de ser colegas” Sí colegas, porque se era trabajador o no se era, decía el general sin necesidad de asomarse al balcón.

Si, mucho colegas, compañero presidente, pero a las chicas que fuman y a nosotros que no nos dejan, nos han venido haciendo el chichirichi hace más de 30 años Hacer el amor, el chichirichi, fifando ¡COGIENDO!.

Dijo “cogiendo” y se sintió mejor, mucho mejor. Recordando la cantidad de cientos de películas yanquis que no traducían fuck como coger sino algo así como ¡....! Como si uno no supiera lo que los actores yanquis hacían o decían utilizando ese fuck. Se debería... No quiso seguir filosofando..

Es aburrido y no sé a dónde quería llegar, que es lo que les pasa a los filósofos cuando empiezan a filosofar. Se van por las ramas, y de las ramas es que me dieron una tunda de roble cuando en el ansess me dijeron que todavía no me podía jubilar. Joder!!! Porque la ley había cambiado, qué se yo, que sí, que 11 años trabajados de más pero que no tenía la edad Ahí fue cuando pensó por primera vez en decir pero hay que se hijo de p. o hay que dejar de ser buenudo, Eso.

Y ese día empezó,

De hoy en más voy a utilizar las palabras como son, se dijo, con su significado explícito De aquí en más, no voy a insultar cuando pueda. Voy a putear cuando deba insultar y voy a coger cuando pueda hacer éso que no necesita interpretación. Aunque ahora los años de servicio me jueguen en contra y apenas pueda hacer el amor y no lo otro que necesita aclarar que eso es lo que hacen los apóstoles y no las putas que te dicen la puta que te parió cuando algo no les gusta y listo. Decirles eso a todos a los que lo mereciesen una flor de puteada. Flor y puteada. Paradoja, parajodas, viceversa es el berre. Porqué sino, se diría, flor, un invento gracioso, sutil, exuberante, delicado o imponente, de la naturale-za conjugándose con la graciosa, sutil, exuberante, delicada o imponente de una puta.

Flor de Puteada. Puteada flor. Soberana puteada. Gran puteada.

Pensó eso y se sintió mejor. Mucho mejor. Desde entonces vivió y se sintió mejor.

Se dijo. Empezaré con los peatones que cruzan la calle por la reverenda mitad, como si tuvieran derecho, ¿viste?. Viste por dónde cruza esa puta de mierda, mientras que las putas dulces siempre están en las esquinas y nunca te provocan un accidente de tránsito, salvo el pelotudo que mira esos culos casi al aire y se da un palo por no mirar el semáforo…!

Dijo la puta que te parió al primer puta madre que lo parió que cruzó la calle por la mitad, pero se olvidó de bajar la ventanilla y el tipo no lo escuchó, pero en menos de dos cuadras y tres semáfo-ros, nuevamente la oportunidad: un papá, una mamá, un bebé en brazos, cruzando en diagonal a la exacta mitad de la cuadra, y un pibito atrás corriendo asustado. Respetó al buchecito, pobre pendejo, pero a los padres desde el lado les gritó bien fuerte ¡cruzá por la senda peatonal, la puta que te parió! Y como esta vez lo gritó con la ventanilla baja todos los escucharon, clarito.

Qué bien que se sintió.

Había parido su primer puteada en treinta años! Después de esta primera vez, igual que con las putas viste? Porque la mayoría de nosotros, la primera vez, eh?. Esa vez de los peatones, pidió mentalmen-te perdón a la puta hermosa con quien había puteado la primera vez, (puteado bien, no el insulto, sino Me entendés, no?

Los recuerdos se borronean un poco, pero hubo otras muchas puteadas, de insultos quiero decir. Puteó por el teléfono de la OSEP, cuando le dieron turno de dentista para dos meses después

Puteó al carnicero cuando le largó son dos quilos de vacío 22 pesos, sin que se detuviera la aguja de la balanza, y consiguió que le pesaran los exactamente 1,850 grs, aunque le prohibieran entrar a la carnicería. Andate a la puta que te parió le dijo de nuevo cuando lo corrieron con la cuchilla de hacer finitos bifes de nalga para milanesas.

Puteó a la supervisora cuando por décima vez en el consejo de directores le impidieron tratar el tema de los salarios, que no era tema del día, que eso quedaba para el sindicato...LA PUTA QUE TE PARIÓ le dijo para horror de las colegas, ya se sabe que la mayoría en nuestro gremio.... Me hicieron el sumario, pero más que por haberla puteado, porque le había agregado vieja de mierda.

Puteó con la privatizada empresa de la luz, cuando le cobraban el impuesto patagónico, LA PUTA QUE LO PARIÓ AL PINGÜINO y aunque no le hicieron rebaja, y se la cobraron igual, se sintió mejor...infinitamente mejor.

Puteó a la mendobus, la red bus y todas las bus que lo parió y aunque no cambió el sistema se sintió mucho mejor aunque siguiera teniendo que viajar ensachetado y a los santos pedos con los horarios y el salario que no alcanza para los cuatro micros que debía tomar para llegar

Puteó a la vecina que le barría la vereda dejándole la basurita cerca de su vereda,

Puteó al basurero cuando le vinieron a dejar la tarjetita de la colaboración de fin de año, “lososotro los recoletores de residuos que por ser camioneros ganaban más que él como maestro de escuela después de 30 años, sí pero usted no recoge la mierda como nosotros, bueno se lo cambio yo recojo la mierda y usted trabaja de maestro pero el camionero ya se había ido gritándole que se metiera la educación en el culo, ganso de mierda …y judío de mierda. Hay que putiar a la municipalidad y no al estado de Israel imbécil, a la municipalidad de la capital por el aumento en las tarifas para la policía urbana que no urbaniza ni a los chorros ni a los criminales que por un bolso de morondanga te aga-rran a los tiros y te matan.

Y de paso a los concejales que votaron la prohibición de fumar en los cafés, y aunque ya no pudo fumar en ellos se sintió mucho mejor, y siguió fumando donde pudo y cuando no podía hacerlo donde quería, diciéndole a los inspectores andate a la puta que te parió y siguió fumando. Y siguió….

Para hacerla corta, porque, disculpenme, ahí está otra vez viniendo ese minón ese buque bus, ese trasatlántico sexual....si ya se , pero si ya me he dado cuanta quién es la cosa. Es femenina, como las putas y las Malvinas…ah También había puteado en su momento a bush, y a los ingleses, pero en privado, tal vez por eso no pudo conseguir que devolvieran las Malvinas y las siguieron llamando falkldand o fuckland, y tampoco consiguió que EE.UU. dejaran de ocupar Afganistán, ni Irak, ni Corea del Norte, ni que la contra de maiami dejara de alegrarse por la enfermedad de Fidel Castro.

Igual se sintió mucho mejor.

Infinitamente mejor.

Reviviendo con cada puteada. Y cada vez lograba darle un efecto más preciso, más sensible a los contextos, enojado, irascible, desorbitado, cariñoso, jocosos, rimante como en los aros de una cueca, con ademanes o sin ellos, en pocas palabras…qué increíble cantidad de veces que es necesario decir la puta que te parió para que no te tomen por buenudo, qué bárbaro.

Cuando llegue esa mina que te decía, le voy a decir ¡andate a la puta que te parió!…. y ella sabría quién mandaba ahora ¡¡¡Jah!!!!

Entre tubos de oxigeno y los catéteres, cuando la vio aparecer, ya sabía que le iba a decir y se lo dijo: la bb-bua qque t-te garió.

Pero la mina le seguía sonriendo y haciendo señas inequívocas... y como no se quería morir, toda-vía, volvió a pensar ”la puta que te parió”, pero le salio, “la guta que te barió” y dándose cuenta que la puteada no surtía efecto, por estar expresada en turco cocoliche, se arrancó los catéteres, el suero y el trasfusionador, y articuló cuidadosamente, LA PU TA QUE TE PARIÓ.. Mientras sonaban pitidos, alarmas de emergencias y sentía corriendo por los pasillos, enfermeras, médicos. Indudablemente, que venía a salvarlo. A ellos no los putearía hasta que saliera del hospital.

LA PUTA QUE TE PARIÓ!!!!!??? insistió ante la mina, ahora un poco preocupado, porque ¡nada!.

La mina, el minón, lo bueno es que no era esa flaca huesuda cadavérica, mortajienta y guadañosa muerte, clásica, sino una más bien como la de Allí that jazz, qué buena película, no?

Porque su mina, su muerte, era un minón así de igualmente bella, que estaba desnuda y que le quería hacer el amor…bah, se lo quería coger, pero jah, yo argentino, le iba a decir, mientras encima de él fuera sintiendo sus blancas tetas carnosas, sus apetitosos muslos, sus húmedo sexo entrando dentro del suyo, minga, resistiré Juan Resistite, carajo, y puteala. que sino esta mina te mata.

Así que cuando la mina se le puso encima con su húmedo sexo entrando en el suyo, trató de cruzarse de gambas, porque sabía que por mut rica y sensual que estuviera la mina, con la muerte no hay que dejarse coger, aunque esas tetas, esa humedad tibia y vaginal Resistí Juan y gritale fuerte LA PUTA QUE TE REMILPARIÓ antes que te haga llegar al orgasmo

.

Antes de morirse al todo mientras la muerte se lo seguía cogiendo, fifando, chichiricheando o haciéndole el amor, claro que deliciosa y apasionadamente, bueno algo de bueno siempre tienen las putas, no? la apartó un poco y le preguntó, quería saber, tenía derecho a saber porque esta vez con la puteada no se sentía mucho mejor, sino infinitamente peor. deliciosamente peor.. peor a secas, bah.

- Primero -le dijo la muerte mientras las blancas tetas se transformaban en secas ubres, y los carno-sos muslos en pútrida carne descompuesta- para que semejante insulto tenga su efecto, tendrías que haber empezado a putear mucho antes, y segundo esta puteada, la inventé yo, querido.

Che, García, qué fue lo que me dijiste que le paso al de la cama 27?

Cual?

Al Loco. ¿No te acordás?, ese que se la pasaba puteando a todo el mundo

Ah, sí, qué se yo, demencia senil, algo así, qué se yo. Fue un día que la caba Spasciuk,viste que está fuertísima la gringa? Unas gomas así, vistes, qué pedazo de tetas, y naturales, eh, nada de siliconas!, Bueno cuando le quiso acomodar el respirador, el loco la mandó a la puta que la parió y se arrancó todas las intubaciones. Y ahí, zak zak, le dio un infarto masivo.-

CARTA PARA MARIA AVE

La vida era eterna en cinco minutos, Víctor Jara. Cinco minutos para Mariela, amaneciendo 1.973. Cinco minutos para María de Los Mares, y pasó 1.975. Cinco minutos con María Ave, y llegó ese absurdo julio de 1.977 pensando adónde ir con los dos pasajes en tren, comprados para intentar escaparle a las putas amapolas de plomo. ¿Qué sentido tenía encarar para el sur o para el norte, y poder escaparsee sólo? ¿Porqué aún sigo dando vueltas a la misma manzana, con esos pasajes abiertos en el corazón? Una cuadra para Mariela. Seguir. Una cuadra para María de Los Mares. Seguir. Una cuadra para María Ave.

¡ STOP !

Ella le cantaba desnuda a la luna y a los pájaros, cuando los monstruos de la noche sorprendieron su inocencia envolviéndola en la sombra mortal de una capucha. Ni tiempo tuvo de proteger sus piernas con vaqueros gastados cuando la metieron de prepo en aquel falcon verde.

Habían venido a robarle hasta el mismo grito, buscándole el habla con urgencias demenciales. Manos engarfiadas, uñas sucias y afiladas, golpes de furia enceguecida. Los ladrones de palabras querían otros nombres, una calle, una ciudad, un puerto, una habitación donde encontrarlos.

- ¡Hablá!. Y vos callada.

- ¡Hablá! Y vos callada.

Nunca se te escaparía un nombre, una calle, una ciudad, un puerto, sola en esa habitación de pared descascarada, donde sólo están tus gritos y el silencio enclaustrando el sol y los sentidos. Piel de aceituna. Regia carne. Flacos huesos opuestos a la sucia suela de los borceguíes engrasados. Músculos perversos que te infectan la cintura. Garras enguantadas que te hurgan las entrañas, y una sola carcajada

- ¡No sea caso que esta puta todavía esté embarazada!.

Vos pensabas ¿Dónde están el sol y la luna, las hierbas y los árboles? ¿Dónde los pájaros? ¿Y las nubes? ¿Y el amanecer en la montaña, y aquel río de agua clara?

Sólo setenta paredes y ninguna ventana contestaban. Sólo hierro, sólo el frío piso de cemento, sólo cables y voltaje, sólo golpes y silencio, y tu mansa estirpe huarpe que yergue una sonrisa denunciando.

- ¡Bajá la cabeza mierda! –

Te insultan con desprecio. Y azotan tu cuerpo, pero no se calman. Y beben de tu sangre, pero no se sacian. Y siguen tercas, tus piernas apretadas. Y siguen callados, tus labios de durazno. Cuanto mayor es tu silencio, más los envenena el rumor de tus cabellos, la suavidad de tu vientre, la ternura de tu boca, esa boca, que sigue obstinada en no decir una sola palabra. Sólo insultos, sólo golpes, sólo sangre en esa eterna pared descascarada.

¿Dónde fue que te llevaron? ¿En aquella casa, casi común como tantas otras casas sobre la Boulogne Sur Mer? ¿Es la casa de San Martín en Francia? No, es la casa de un sudaca, una casa de la infamia. ¿Fue más allá de la coqueta avenida rodeada por el mismo parque de enamorados donde te reías conmigo? ¿ O más arriba entre los cerros donde ahora vuelan los aviones de la muerte y antes tus pechos de pájaros volaban con los cóndores? Todavía no se si fue más allá o más acá. Cuesta la distancia de creer que nunca nadie vio nada. Que fue tan cerca del zoológico donde estos animales se reclaman un pedazo, un trofeo, una libra de tu carne atormentada

- Dénlen otro poco de máquina - ordena alguien como si nada.

- Esta mierdita todavía patalea -carcajea otro, subiéndose los pantalones, y otro alguien carajea en lenguaje cuartelero, mientras tironea de los dientes de tu boca y otro alguien te arranca el vello entre las piernas.

Y eso fue ayer, y eso es hoy, y no se se sabe si es de mañana o es de noche, pero tantos siguen abriendo tus rodillas que quisieran seguir apretadas.

- Dale mierdita, si vos ya estás acostumbrada – dicen los alientos putrefactos que te escupen en la cara. Envilecidos y como si nada, todos siguen sobre tu cintura y el cuello, y la suave curva de tu espalda. Una y otra vez, orgullosa, pequeña y trémula, amapola de todos tus pétalos deshojada. Una y otra vez enfrentándolos con débiles, pequeñas, imperceptibles espinas que apenas rasguñan los rostros sin rostro de las caras asesinas.

Mientras tanto pasa el tiempo pasando sin saber si está pasando. Si alguien vendrá para explicarte, si

- ¿Dónde estás, mamá? ¿Qué pasa con el tiempo?

- Pasa sin estar pasando niña. Sólo descansa. Mirá qué mullida está la cama de suaves plumas blancas.

- Pero Madre, si es el frío piso de cemento.

- Hija, bebe del agua fresca y clara.

- Pero Madre, si es mi sangre que se seca, sobre el borde de la pared descascarada.

- ¿Y qué pasa con el Sol ?

- Todavía hace sol mi niña chica.

Sol entre los soles encendidos por el cielo de Mendoza son tus ojos menos azules cada vez bajo los párpados, hinchados por los golpes. Encima de tu mirada un trapo sucio hace más negro el cielo de la noche. Debajo de la capucha negra aturde el silencio. Un alarido.

- ¿Alguien grita, madre? dice una boca hinchada. Boca que sigue obstinada, ausente de palabras.

-¿Mamá, ya es la hora de salir para la escuela?

- Sí, mi niña chica, aquí está tu té, y este pan con mermelada

Otro alarido y el corazón que se te escapa enloquecido y un médico policial que te revisa con la cara destapada

- Che, si no paran con la máquina se les queda.

- ¿Entonces ya es la hora por fin, de partir para escuela?

Débil piel, débil carne, débiles huesos opuestos a la sucia suela de las botas, a las negras garras enguantadas que por fin dejan de hurgarte las entrañas. Sólo acero. Solo voltajes y metal, y tu cintura desnudada

- ¿Dónde estás, Juan? ¿Y el sol y la luna, las hierbas y los árboles? ¿Dónde los pájaros, y las nubes, el río de Los Molles, y la montaña en Poterillos? Solo este agujero entre las piedras de Las Lajas, hecho de noche y sin testigos que se traga las palabras, y los gritos de tu boca sin un nombre que recuerde al menos el valor de tu silencio.

Eran apenas diecisiete años, de esta Mariela, o Juana, o Jaquelina, compañera, o camarada, o simple estudiante secundaria... nada de nada. Solamente una mujer pequeña, de cabello suelto al viento, por las calles de Mendoza, batallando contra las plazas de cemento, y amapolas en el pecho, y rosada de cintura, y amapolas en el pelo, y amapolas en el trigo dorados por el sol de esta Mendoza que a veces se me olvida que te olvida por un día, por un año, y ya pasaron treinta y mientras tanto se nos pasó el tiempo. Pasando sin saber se nos estuvo pasando si alguien vendrá para explicarnos, si

-¿Dónde estás mamá, qué pasó con nuestro tiempo?

- Pasó sin estar pasando niña, sólo descansa, mirá qué mullida está tu almohada de suaves plumas blancas.

Nada de aquello ha quedado. Ni mi casa, ni la tuya, ni las amapolas que te compraba en la vieja alameda, ahora desecada. Sólo algunas pocas mujeres de pañuelos blancos, que aun te siguen buscando.

Habrá un día, sin embargo, un día habrá, en que vendremos a nombrarte con los otro hijos que tuvimos, aquellos que aún viven de tu sol, con tu sonrisa entre las hierbas y los árboles del parque, los que vuelan como pájaros, sobre el valle de Los Molles, sobre cada uno de los ríos de agua clara, y en Potrerillos, en aquella la montaña de suave nieve blanca. En algún lugar cuando te encuentren, en ese lugar donde los pájaros de tus pechos dejaron de volar, y los soles ya no están, pero donde el agua será siempre fresca y clara.

Pero será sin olvido ni perdones, alumbrados con la luz de tu memoria. Así será, cuando te encuentren, cada marzo 24, cada marzo, abril o mayo silenciados, cada julio con vos y con la Eva. Y en setiembre, en cada primavera, porque si no yo, alguien vendrá a recordarte la palabra y a ponerte flores en el pelo y más flores en el cielo cuando descubramos en qué tierra sin un nombre te enterraron. Entonces podrá ser, será entonces que cantemos con el tuyo los otros treinta mil nombres .

Ahora debo irme, Maria Ave, nombre de pájaro, compañera o camarada, o simple estudiante secundaria. Dejaré por hoy esta memoria que me fatiga, pero sólo por hoy.

Seguramente mañana, con otros más que nos acompañan, te diremos hasta la victoria y siempre, por tu vida y tu memoria Ave, Mariela o Juana. O Carmen, o Jaquelina, compañera o camarada, o solamente mujer, o simplemente amada. Qué importa cómo te nombre, si te nombro con tu nombre junto con todos los nombres de los hombres que fueron Marios, Juanes o Joaquines y en estos eternos cinco minutos de una carta, una canción, una palabra, los sigamos recordando a todos, desde hace treinta años sin olvido ni perdones.


sábado, 23 de febrero de 2008

Último incendio de las lunas



Abordante marinera sin mares ni descansos

sobre la cama, vos también cerril amauta

incendiarás las lunas sospechando la última vez.

Jarillal,

crepitante de pochoclos y maíces

sobre las sábanas sofocantes me retiro

siendo arena y reclamando un oasis

al desierto entre tus piernas.

Cantan, diminutas ocarinas de arcilla

los pequeños pájaros de tus pechos.

Tus dedos,

virginales balsas de totora sobre el agua

siguen riéndome la espalda sencilleces prematuras.

Deslumbrada de carmines en mi oído

por la altura del deseo urgirá tu boca escandalosa

anunciando sin retórica que las palabras

no precisan más que otras palabras

que obliguen a callarlas.

Quizás si un día volvieran a hacernos falta

nos hablaremos con el alma misma de las lenguas

castellanas o gitanas

andaluzas o arábigas

itálicas abstractas

europeas

consonánticas americanas.

Ellas hace siglos comenzaron a decirse

lo que ahora sin sonido se dicen nuestras bocas

y alguno que otro corazón ruborizado

¡Es que nos quemamos tanto!

Ardimos tanto

en estas últimas semanas prisioneros de los fuegos

en estos únicos temblores de volcanes

y calores convergentes de sexo y de verano.

Se consumieron tanto

las lenguas y las bocas, los dedos y las manos

que ya no restan álamos ni páginas del cuerpo

donde seguir escribiéndonos deseos.

Sólo algunos ocres quedarán hoy

jugando al piedemonte.

Mañana unas pocas vegas tenues

asomarán sus nieblas

empañando los espejos de la cara.

Entre el humo de los incendios que se extinguen

habrá comenzado el invierno

a derrotarnos los senderos.

sábado, 16 de febrero de 2008

Cintura del Fuego en Huanacache







Viernes 19 de diciembre


Medianoche.


Impetuosa,

el agua te corre por el cuerpo.

Afuera,

la luna asoma nuevamente

su cintura de fuego en Huanacache.

Pedís, por ella iluminada

que deje de embriagarme con tu desnudez.

Que no te mire más,

ni me de cuenta

ni que cuente otra vez

las cinco pecas

que en tu hombro izquierdo

parecen saber que tan pronto como pueda

recorreré de nuevo tu cintura

con deseos de inventarla.

Perderme totalmente en la suave geografía

de tus pechos y tu espalda.


Tiemblan,

iluminan tus minúsculos pezones

dos breves lunas de temores.

El agua refrescante te desborda una sonrisa.

Se derrama en longitudes líquidas.

Se ríen también,

las gotas sobre tu cara.


Es de noche,

estoy de intruso,

me reconozco descalzo navegante nocturnal

de tu piel desnuda.

Que de pirata he entrado

para robarte los temores, un tanto bucanero

y otro poco sin permiso,

y a beberme en bocanadas tus sonrisas

el calor de tu cintura al abordarla.

Tensa en múltiples navíos, el arco de tu cadera

suelta velas marítimas

cuando despierto belicoso la quietud tropical embarcado en la entrepierna.

Sobre ella disparás frágiles dedos voluptuosos

en cordajes apasionadamente desatados.


Intentando despertar, insular,

del sueño de naufragios, pedís que me aleje.

Que desate los nudos marineros de mis brazos.

Que no te mire más, ni acaricie más,

ni desee más porque el fuego de mis dedos, nuevamente te está incendiando,

abrasadora, la cintura.

Que no te mire, ni acaricie, ni desee,

ni que cuente las doce horas

que se tardan las náyades de octubre

en transmutar en agua a las arenas de Lavalle.


Simulando que te dejo,

que hago caso a tu pedido

me retiro a contemplarte desde no tan lejos.


Vuelvo

hacia la torpe protección de nuestras ropas.

A distancia de los sueños

entre los radios menos geométricos

que rodean el patio de mi casa.

Allí los tardíos azahares de jazmines,

y aún más cálidos los rojos de malvones endulzan todavía el aire tórrido

de este diciembre y su verano.


Pasa el tiempo.

Delicado.

Imperceptible.



Tenuemente emborrachada por las uvas

tan lejos como cerca hace un momento

embriagados por el vino de los cuerpos,

fumás, ahora descansando el asombro

en la quietud de la penumbra.

El deseo en la seguridad de mi distancia.


Debo irme ya, se ha hecho tarde,

dirás a una hora indefinida

poniéndote el vestido

creyendo que te escucho.

Aromada de vendimias corporales

se extiende la cintura de tu cuerpo.

Los rojos de malvones recogen sus colores

Ya no están desnudas las náyades de octubre.

Largos perfumes de tarde y de verano

retornan a sus cunas de arena

junto con la luna, camino a Huanacache.


Mucho más tarde aun, sobre nuestros cuerpos

de nuevo solitarios, individuales

seguirán restallando, removiéndose inquietos

agitados todavía y aun encabriolados en deseos

los últimos látigos del fuego crepitando.

Datos personales

Mi foto
Maestro por equivocación, jubilado de la docencia pero no de los aprendizajes, escribidor de textos y poesías, escapador cuando puedo de las alienaciones del System, prisionero de los afectos, esclavo de la honestidad, temeroso usuario de la palabra, contestatario cuando puedo y a veces quiero, especialmente vinófilo de los Rojos de Perdriel, salvo cuando "el agua brota pura y cristalina de la madre tierra", vividor consuetudinario y con suertes extraordinarias. Creo que todavía estoy vivo.En la primavera del 2.010 se me murió la poesía junto con unos cuantos pedacitos de corazón. Pero he vuelto, "cantando al sol como las cigarras", a sobrevivirme.

Así como soy

Así como soy