¿Te acordás de octubre?
Hoy me levanté con ganas de
no escuchar noticias, sino cantar a los pájaros de octubre.
¿Te acordás de octubre?. ¿De
aquel octubre que nos encontró militando para dar vuelta al mundo, ponerlo de
cabeza, el norte para el sur y viceversa?
Hubieron tantos octubres, pero hoy sólo pienso en el octubre de hoy, que apenas empieza como otro día más, pero es de menos… Estoy exhausto, extenuado, rendido, desfalleciente... Son tantos los sinónimos que expresan mi fatiga en esta mañana de octubre... las noticias, no son novedad. Casi diariamente un asalto. Todos los días accidentes de tránsito. Cada siete jornadas una muerte violenta. Una vez al mes una violación y una mujer violada. Cada tanto un feminicidio, homicidio, suicidio. Cada vez más exasperante la lentitud de los juicios por la verdad, la memoria, la justica, como solemne y digna las viejitas que son cada día más viejas esperando con sus arrugas y mirada que se diga la verdad, se recupere la memoria, que la justicia no mire para otro lado como si nada. Por eso debe ser que se callan , y su silencio aturde el canto de los pájaros, aquellos pájaros de nuestra primavera, de nuestro octubre.
Nada, con ganas de nada me
he levantado hoy, rendido ante los
asaltos a mano armada, los chicos que siguen estando en la calle, el viejo
muerto que se murió de frío...Hoy no puedo, hoy no quiero escuchar candidatos
ni elegidos, ni saber del tránsito, las muertes, violaciones, las manos
armadas, ni de los chicos en la calle, ni de viejos que se mueren de frío, ni
enterarme que otro juicio se posterga.
No puedo con los mentirosos candidatos
o elegidos, ni el tránsito, las muertes,
las violaciones, las armas y los viejos y el frío y los juicios que se
demoran. No puedo. Ellos me han podido y yo hoy, no he podido evitar que el
candidato o elegido me mienta, el tránsito me atropelle, la muerte se retracte,
los acusados sean condenados, el chico siga en la calle, o el viejo se muera
dignamente de viejo, nomás y no por el frío.
Te parecerá extraño escuchar
de mí, que hoy no quiera otra cosa que querer escuchar pájaros, un simple piar
de gorriones, por ejemplo. Que quiera
ver volar una mariposa y no un avión... pero no te confundás, no es que no
quiera, sino que no puedo, estoy cansado, maltrecho, reventado de estar
bancándome sólo el frío del viejo y su muerte, la mentira del candidato o
elegido que siempre mata la esperanza, y la lentitud de los juicios, que
siempre matan de viejos a los que esperan la verdad y la justicia, y a los
acusados que se mueren de viejos indignos porque ni uno solo ha dicho dónde
está algunos de los que secuestraron, abuelos, padres, jóvenes y niños... casi
nada.
Hoy, en este octubre, sólo
quisiera escuchar al pájaro de tu voz cantándome en la oreja, sentir tus manos
de mariposas sobre mi hombro, saborear tus labios de duraznos soplándome un
beso tierno y a tu brazo de abrazos y ternuras diciéndome, no, no estás solo,
yo estoy aquí a tu lado para ayudarte, que me ayudes y así tal vez… sólo uno,
con uno sólo sería necesario, nunca suficiente, evitar que un alguien me mate
la esperanza, que no haya un accidente
de tránsito, otra muerte, esa violación, aquel asalto, el pibe que se paquea
por la calle, la muerte vieja que mata al viejo muerto de frío solitario, y al
viejo solitario que se va a morir callando dónde están los muertos que mataron.
Cómo ordenar las prioridades, carajo, qué poner primero ante tántas muertes, y
yo pidiendo el canto de un pájaro, un beso de tu boca de duraznos... Hoy yo
también soy noticia, pero junto con vos, te juro, aunque hace rato que no jure
ni me santigüe frente a las catedrales... es que hace tánto tiempo que me
olvidé que el Dios mío ya no es mío ni nuestro, porque algunos putos curas
también son violadores o pederastas, o consoladores de genocidas y la Iglesia que me bautizó no
lo hable ni condene ni se levanten las sotanas de los obispos, del Papa para
cagarlos a patadas. Yo, te juro, alguna vez me dí de golpes contra el pecho por
mis pecados, hasta que me golpearon la cara, y las dos caras de la
mejilla, y la tuya, la de María, la de
Pedro y aquél que bajo la capucha no fue consolado, de aquella que bajo la
capucha fue violada, de aquella que encerrada
le secuestraron el hijo y aún no se lo devuelven ni a la madre muerta ni
a la abuela viva.
Por
estas cosas que digo es que te pido, a vos que recién me conocés, en este día
de octubre, es que pido un canto de pájaros, un beso de tu boca de duraznos, un
brazo de tu brazo de compañera que me abrace, que me permita sostenerme, que me
permita sostenerte, que nos permita sostenernos. Eso es lo que pido, apenas
una, una sola de tus manos y así, seguro que entre los dos ya seremos más y
seguro, seguro, seguro, entre los dos escucharemos cantar a